SOBRE LA MEDITACIÓN Y LAS TÉCNICAS DE MEDITACIÓN

Sobre la Meditación y las Técnicas de Meditación

Yoga: El Crecimiento de la Consciencia

EL Propósito de la vida es llegar a ser consciente. No es sólo la finalidad del Yoga. La verdadera evolución de la vida misma es llegar a ser cada vez más consciente. Pero el Yoga significa todavía algo más. La evolución de la vida es ser cada vez más consciente, pero la consciencia está siempre orientada hacia lo ajeno: eres consciente de algo, de algún objeto. Yoga significa estar evolucionado en la dimensión donde no hay objeto y en donde sólo permanece la consciencia. El Yoga es el método para evolucionar hacia la consciencia pura; no ser consciente de algo, sino ser la consciencia misma.

Cuando eres consciente de algo, no eres consciente de ser consciente. Tu consciencia se ha enfocado sobre algo; tu atención no está en la fuente de la consciencia misma. El esfuerzo en el Yoga es llegar a ser consciente de ambos: del objeto y del origen. La consciencia tiene dos puntas de lanza. Has de ser consciente del objeto, y simultáneamente del sujeto.  La consciencia debe ser un puente con dos vertientes, No ha de perderse el sujeto, no ha de ser olvidado cuando estás focalizado en el objeto. Este es el primer paso del Yoga. El próximo paso es eliminar sujeto y objeto y simplemente ser consciente. El propósito del Yoga es ese estado de consciencia pura.

Incluso sin el Yoga el hombre crece hacia un ser cada vez más consciente, pero el Yoga añade algo, aporta algo a esta evolución de la consciencia. Cambia y transforma muchas cosas. La primera transformación es una consciencia de doble dirección; recordarse a uno mismo en el preciso instante en que hay algo más de lo cual somos conscientes. Este es el dilema: o eres consciente de algún objeto, o de lo contrario eres inconsciente. Si no hay objetos exteriores, te duermes; necesitas objetos para ser consciente. Cuando estás totalmente desocupado, estás soñoliento; necesitas algún objeto del que ser consciente. Pero cuando tienes demasiados objetos para ser consciente de ellos, puede que sientas cierto estado de ausencia de sueño.

Por ello una persona que está demasiado obsesionada con pensamientos no puede dormir. Continúan estando allí los objetos; continúan estando allí los pensamientos. No pueden ser inconscientes; los pensamientos continúan exigiendo su atención. Y así es cómo existimos. Eres más consciente con nuevos objetos. Por eso existe un desmedido deseo hacia lo nuevo, un ansia por lo nuevo. Lo viejo llega a ser aburrido. En el momento en que ya has vivido con un objeto, te vuelves inconsciente de él. Lo has aceptado; ahora tu atención no es necesaria. Estás aburrido. Por ejemplo, puedes no ser consciente de tu mujer durante años porque la tienes como algo seguro.

Ya no ves su cara; no puedes recordar el color de sus ojos. No has estado realmente atento durante años. Sólo serás consciente de nuevo de ella cuando muera. Por eso se aburren maridos y esposas. Cualquier objeto que no esté atrayendo continuamente la atención crea aburrimiento. Del mismo modo, un mantra, una vibración sonido repetida, es causa de sueño profundo. Cuando ha sido repetido continuamente un mismo mantra te aburres. No hay nada misterioso en ello. Repetir constantemente una misma palabra aburre; ya no puedes vivir más con ella. Empezarás a sentir sueño; caerás en una especie de letargo; te volverás inconsciente. La esencia del método de la hipnosis, de hecho, depende del aburrimiento. Si tu mente se puede aburrir con algo, entonces te duermes; el sueño puede ser inducido.

Nuestra consciencia depende de nuevos objetos. Por ello existe una gran avidez por lo nuevo, por nuevas sensaciones, por un nuevo vestido, una nueva casa, por cualquier cosa que sea una novedad, aunque no suponga una mejora. Con algo diferente sientes un repentino resurgimiento de la consciencia. Puesto que la vida es una evolución de la consciencia, todo cambio es bueno por lo que respecta a la vida. Si una sociedad anhela nuevas sensaciones, la vida progresa; pero sí en cambio permanece con lo viejo, sin pedir lo nuevo, muere; la consciencia no puede evolucionar.

Por ejemplo, en Oriente intentamos contentarnos con las cosas tal como están. Eso crea aburrimiento porque nunca hay nada nuevo. Lucero, durante siglos, todo permanece inalterado. Estás lisa y llanamente aburrido. Naturalmente, puedes dormir mejor occidente no puede dormir; ha de haber insomnio cuando estás pidiendo lo nuevo constantemente, pero no hay evolución. Y éstas parecen ser las únicas opciones: o bien toda la sociedad se volverá soñolienta y muerta, como ha sucedido en Oriente, o por el contrario, la sociedad padecerá insomnio, como viene ocurriendo en occidente. Ninguna de las dos es buena. Necesitas una mente que pueda estar despierta incluso cuando no hay objetos.

En realidad necesitas una consciencia que no esté atada a lo nuevo, que esté desligada de los objetos. Si no está ligada al objeto, permanecerá ligada a lo nuevo. Necesitas una consciencia que no esté atada en absoluto al objeto, que esté más allá del objeto. Entonces tendrás libertad; podrás dormir y estar despierto a tu antojo. No necesitarás ningún objeto para ayudarte. Serás libre, estarás verdaderamente liberado del mundo objetivo.

En el momento en que estás más allá del objeto vas más allá del sujeto también, porque ambos existen conjuntamente. En verdad, subjetividad y objetividad son los dos polos de una misma cosa. Cuando hay objeto, tú devienes sujeto, pero si puedes ser consciente sin el objeto, no hay sujeto, no hay yo. Esto debe ser entendido en profundidad: cuando se pierde el objeto y puedes ser consciente sin objetos ¡simplemente consciente!  Entonces también se pierde el sujeto. No puede permanecer allí. ¡Es imposible! Ambos desaparecen, y hay simplemente consciencia, consciencia sin límites. Ahora ya no existen límites. Ni el objeto ni el sujeto son los límites.

Buda solía decir que cuando estás meditando no existe un “yo” no hay atman, porque la propia consciencia del propio "yo" te aísla de todo el resto. Si estás todavía allí, los objetos aún permanecen allí.‑‑‑Yo soy", pero el "yo" no puede existir en total soledad. El "yo" existe en relación con el mundo exterior; el "yo" es una relación. Entonces el "yo", el "yo soy", es solamente algo dentro de ti que existe en relación con algo exterior. Pero si el exterior no está allí, el interior se disuelve.

Entonces hay una pura, espontánea, consciencia. Para eso existe el Yoga; eso es lo que Yoga significa. Yoga es la ciencia de liberarse uno mismo de los límites del sujeto y del objeto, y a menos que hayas roto estos límites caerás en el desequilibrio de Oriente o en el desequilibrio de Occidente. Si quieres comodidad, paz mental, silencio, sueño, entonces lo más apropiado es permanecer continuamente con los mismo objetos. Durante siglos y siglos no habrá cambio visible. Estarás cómodo, podrás dormir mejor... pero eso no es nada espiritual; te pierdes mucho. La urgencia misma por crecer desaparece; la necesidad misma de aventuras, desaparece; la urgencia misma de inquirir y encontrar desaparece. Realmente, empiezas a vegetar, te conviertes en algo estancado.

Si cambias esto, te volverás dinámico, pero también intranquilo; te volverás dinámico, pero tenso; dinámico., pero loco. Empezarás a encontrar lo nuevo, a interesarte por lo nuevo, pero estarás en un torbellino. Empiezas a experimentar lo nuevo, pero estás perdido. Si pierdes tu objetividad serás demasiado subjetivo y soñador, pero si llegas a estar demasiado obsesionado con los objetos, pierdes la subjetividad. Ambas son situaciones desequilibradas. Oriente ha elegido una; Occidente la otra. Y ahora Oriente se vuelve hacia Occidente y Occidente hacia Oriente.

En Oriente, la atracción por la tecnología occidental, la ciencia occidental. El racionalismo occidental Einstein, Aristóteles y Russell se ha apoderado de la mente oriental, mientras que en Occidente está sucediendo lo contrario: Buda, Zen y el Yoga tienen ahora mayor importancia. Este es el milagro. Oriente se vuelve comunista, marxista, materialista, y Occidente empieza a pensar en términos de consciencia expansiva, de meditación, de espiritualidad, de éxtasis.

La rueda puede girar y podemos intercambiar nuestras cargas. Durante unos momentos habrá luz, pero luego todo el sin sentido empezará de nuevo. Oriente ha fracasado de una forma y Occidente de otra, ya que ambos han tratado de negar una parte de la mente. Has de trascender ambas partes y no interesarte en una mientras niegas la otra. La mente es una totalidad. Puedes, o bien trascenderla totalmente, o bien no trascenderla. Si continúas negando una parte, la parte negada se vengará. Y realmente la parte negada por Oriente se está vengando en Oriente, y la parte negada por Occidente se está vengando en Occidente. Nunca puedes ir más allá de lo negado. Está ahí y acumulando más y más fuerza. El mismo momento en que la parte que has aceptado sale victoriosa, es el momento del fracaso. Nada fracasa tanto como el éxito.

Con cualquier éxito parcial, con el éxito de una parte de ti, te estás condenando a sumirte en un fracaso mayor. Lo que has ganado se vuelve inconsciente, y lo que has perdido emerge a la luz. La ausencia se siente con mayor fuerza que la presencia. Si pierdes un diente, tu lengua percibe su ausencia y va allí a donde estaba el diente. Nunca antes se dirigió allí, nunca; pero no puedes impedírselo. Se mueve inconteniblemente hacia el lugar vacío para sentir el diente que ya no está allí.
De igual manera, cuando una parte de la mente obtiene el éxito, te vuelves consciente del fracaso de la otra parte, la parte que podría haber sido y no es. Ahora Oriente ha llegado a tener consciencia de la estupidez de no ser científicos. Esta es la razón por la que somos pobres; es la razón por la que "no somos nadie". Esta ausencia se constata ahora y Oriente ha empezado a volverse hacia Occidente, mientras que Occidente está sintiendo su propia estupidez, su falta de integración.

El Yoga equivale a una ciencia total del hombre. No es simplemente una religión. Es la ciencia total del hombre, la trascendencia de todas las partes. Y cuando trasciendes las partes, te vuelves el todo. La totalidad no es únicamente la acumulación de las partes; no es algo mecánico donde todas las partes se alinean y forman un todo. No, es algo más que mecánico; es algo artístico. Puedes dividir un poema en palabras, pero entonces las palabras aisladas no significan nada. Más cuando está integrado, el todo resulta más que simples palabras. Tiene su propia identidad. Contiene vacíos, así como palabras. Un poema es poesía sólo cuando dice algo que no ha sido verdaderamente expresado, cuando algo de él trasciende todas sus partes. Si lo divides y analizas, extraes solamente partes, y la flor trascendental que era, se habrá perdido.

De igual forma, la consciencia es una totalidad. Negando simplemente una parte pierdes algo, algo que era realmente importante. Y no ganas nada; ganas sólo un extremo. Todo extremo llega a convertirse en una enfermedad; todo extremo llega a convertirse en un mal interior. Entonces te vas sumiendo más y más en la confusión, entonces hay una anarquía interior. El Yoga es la ciencia de trascender la anarquía, la ciencia de hacer que tu consciencia sea un todo, y eres un todo sólo cuando trasciendes las partes. En consecuencia el Yoga, ni es religión, ni es ciencia. El Yoga es ambas cosas a la vez, trasciende a las dos. Puedes decir que es una religión científica o una ciencia religiosa. Por eso el Yoga puede ser usado por cualquiera, pertenezca a la religión que pertenezca; puede ser usado por cualquiera con independencia de su mentalidad.

En la India, todas las religiones que se han desarrollado tienen entre ellas muy diferentes algunas incluso antagónicas filosofías, conceptos, percepciones; tienen poco en común. Entre el hinduismo y el jainismo no hay apenas ninguna afinidad; entre el hinduismo y el budismo no hay nada en común. Solamente hay un denominador común que ninguna de las religiones puede negar: el Yoga. Buda dice: "No hay cuerpo, no hay alma", pero no puede decir: "No hay Yoga". Mahavira dice: "No hay cuerpo, hay alma", pero no puede decir: "No hay Yoga". El hinduismo dice: "Hay cuerpo, hay alma... y hay Yoga". El Yoga permanece como constante. Incluso el cristianismo no puede negarlo; ni el islamismo tampoco.

De hecho, ni siquiera alguien que sea totalmente ateo tiene porqué negar el Yoga, dado que el Yoga no impone como condición previa el creer en Dios. El Yoga no tiene preconcepciones; es absolutamente experimental. Cuando se menciona el concepto de Dios y en los más antiguos libros de Yoga no se mencionaba en absoluto se le menciona significán­dolo sólo como un método. Dicho concepto puede ser usado como una hipótesis si sirve de ayuda puede ser empleado, pero no es una condición absoluta. Por eso Buda puede ser un yogui sin Dios, sin los Vedas, sin ninguna creencia. Sin tener ninguna fe, sin ninguna mal llamada fe, él puede ser un yogui.

El Yoga puede ser un terreno común tanto para aquellos que creen en Dios como para los ateos. Puede ser un puente entre ciencia y religión. Es simultáneamente racional e irracional. Su metodología es totalmente racional, pero a través de la metodología puedes adentrarte profundamente en las entrañas de lo irracional. La totalidad del proceso es tan racional, cada paso es tan racional, tan científico, tan lógico, que solamente tienes que dar un paso y todo lo demás sucederá por sí mismo.

Jung menciona que en el siglo XIX ningún occidental interesado en psicología podía concebir nada más allá de la mente consciente, porque mente significa consciencia. Así pues ¿cómo puede existir una mente inconsciente? Es absurdo, no es científico. Posteriormente, cuando la ciencia poseía más conocimientos acerca del inconsciente, se desarrolló en el silo XX una teoría sobre la mente inconsciente. Después, cuando profundizaron más tuvieron que aceptar la idea de un inconsciente colectivo, no sólo individual. Parecía absurdo; mente significaba algo individual, consecuentemente, ¿cómo podía haber una mente colectiva? Pero lo cierto es que había aceptado incluso el concepto de la mente colectiva.

Estas son las tres primeras divisiones de la psicología budista, del Yoga budista: mente consciente, mente inconsciente e inconsciente colectivo. Luego Buda continúa fraccionándolas en ciento sesenta divisiones más. Jung dice: "Antes negábamos estas tres mentes. Ahora las aceptamos. Puede suceder que existan otras más. Tenemos que avanzar paso a paso; tenemos que adentrarnos cada vez más lejos". La aproximación de Jung es muy racional. Es una aproximación profundamente arraigada en Occidente.

Con el Yoga tenemos que proceder racionalmente, pero sólo con la finalidad de saltar al plano irracional. El objetivo es con toda certeza irracional. Lo que puedes entender, lo racional, no puede ser la fuente porque es infinito. La fuente debe ser mayor que tú. La fuente de la que has venido, de la que todo ha surgido, de la que proviene la totalidad del universo, y en donde todo desaparece de nuevo, tiene que ser más que esto. Lo que se manifiesta ha de ser menos que su origen. Una mente racional puede sentir y entenderlo manifiesto, pero lo inmanifestado sigue estando detrás.

El Yo a no insiste en que uno deba ser racional. Dice: "Es racional concebir lo irracional. Es racional, también, conocer los límites de lo racional". Una auténtica y verdadera mente conocerá siempre las limitaciones de la razón, sabrá siempre que la razón acaba en alguna parte. Quienquiera que sea auténticamente racional tiene que llegar a un punto límite donde se siente lo irracional. Si procedes con la razón hacia lo esencial, sentirás el límite.

Einstein lo sintió; Wittgenstein lo sintió. El Tractatus de Wittgenstein es uno de los libros más racionales que jamás haya sido escrito; su autor es una de las mentes más racionales. Habla de la Existencia de una forma muy lógica, de una manera muy racional. Sus expresiones, palabras, conceptos, lenguaje, todo en él es racional, pero al final dice: "Hay algunas cosas de las que nada podemos decir; existe un punto más allá del cual nada puede ser dicho y con relación al cual debemos permanecer mudos". Después escribe: "Aquello que no puede ser dicho no debe ser dicho".

Todo el edificio se desploma: ¡todo el edificio! Wittgenstein intentaba ser racional con el fenómeno de la vida y de la existencia, y repentinamente llega a un infranqueable punto y dice: "Ahora no se puede decir nada más allá de este punto." Esto expresa algo, algo muy significativo. Algo hay allí ahora mismo y nada puede decirse acerca de él. Se trata de un punto que no puede definirse, donde simplemente se derrumban todas las definiciones. Siempre que ha habido una mente lógica y racional llega a este punto infranqueable. Einstein murió como un místico... y más místico que los supuestos místicos occidentales, porque si se es un místico sin haber jamás intentado seguir el camino de la razón, nunca podrá profundizarse en el misticismo.

No se habrán conocido realmente los límites. He visto místicos que continuamente hablan de Dios como un concepto lógico, ¡como un argumento! Ha habido místicos cristianos que han intentado...Comprobar" a Dios, la existencia de Dios. Qué tontería! Aun en el caso de que Dios pueda ser comprobado, no demuestras nada y el origen es lo que queda sin demostrar. Quien haya tenido alguna experiencia de lo Divino no intentará comprobarlo, porque el mismo deseo de comprobarlo demuestra que uno no ha estado nunca en contacto con la fuente original de la vida, la cual no es comprobable; no se pueden obtener pruebas. La totalidad no puede ser demostrada a través de 1 a parte. Por ejemplo, mi mano no puede probar mi existencia.

Mi mano no puede significar más que yo; no puede abarcarme. Es una estupidez intentarlo. Pero si la mano puede abarcarse a sí misma por completo, es más que suficiente. En el momento en que la mano se conozca a sí misma sabrá también que está implantada en algo más, que es en todo momento "una" con algo más. Está allí porque ese "algo más" también está allí. Si muero, mi mano también morirá. Existía únicamente porque yo existía. La totalidad permanece sin ser comprobada; sólo son conocidas las partes. No podemos demostrar la totalidad, pero sí que podemos sentirla. La mano no puede demostrar mi totalidad, pero la mano puede sentirme. Puede entrar profundamente en sí misma y cuando alcanza las profundidades, es "yo".                                                    

Los mal llamados místicos a quienes la razón molesta, no son verdaderos místicos. A un verdadero místico nunca le incomoda la razón. Juega con ella. Y puede jugar con la razón porque sabe que la razón no puede destruir el misterio de la vida. Los falsos místicos y la gente religiosa a quienes asusta la razón, la lógica, la argumentación, tienen miedo de sí mismos. Cualquier argumento dirigido contra ellos puede crearles dudas interiores; puede ayudar a que emerjan sus dudas internas.

Se temen a sí mismos. Tertuliano, místico cristiano, dice: "Creo en Dios porque no puedo probarlo; creo en Dios porque es algo imposible de creen ­Así sentirá un místico verdadero: "Es imposible; por eso creo." Si es posible no hay ninguna necesidad de creer. Será solamente un concepto, un concepto ordinario. Esto es lo que siempre los verdaderos místicos han entendido por "fe", por "creencia". No es algo intelectual; no es un concepto. Es el salto hacia lo imposible. Pero solamente puedes saltar a lo misterioso desde el límite de la razón, nunca antes. Cómo podrías si no, hacerlo? Puedes saltar sólo cuando has tirado de los extremos lógicos de la razón hasta casi romperla.

Has llegado a un punto donde la razón no puede ir más allá y el‑‑‑más allá" sigue allí. Sabes que la razón no puede dar un solo paso más y pese a ello el‑‑‑más allá" te aguarda. Incluso si decides permanecer sujeto a la razón, se creará un límite. Eres consciente de que la Existencia sigue más allá del límite de la razón, de modo que incluso aunque no vayas más allá de este límite, te conviertes en un místico, Aunque no des el salto, eres un místico, porque algo has experimentado, has tropezado con algo que no era en absoluto racional.

Conociste todo lo que la razón es capaz de conocer. De repente te encuentras con algo que la razón no puede conocer. Si das el salto tienes que dejar atrás la razón, no puedes dar el salto con la misma razón. Esto que te impulsa a saltar es la fe. La fe no se opone a la razón; está más allá de ella. No es anti racional; es irracional. El Yoga es el método que te lleva al límite extremo de la razón, y no es sólo eso, sino también un método para dar el salto. ¿Cómo dar el salto? Einstein, por ejemplo, habría florecido como un Buda sí hubiera sabido algo de los métodos de meditación. Estuvo al borde mismo; en su vida llegó muchas veces al punto óptimo desde el que era posible dar el salto. Pero perdió su oportunidad una y mil veces. Se enredó una y mil veces con la razón. Y al final fracasó a causa de su vida desbordante de razón.

Lo mismo le podría haber ocurrido a Buda. También él era dueño de una mente muy racional, pero había algo que para él era posible, existía un método que podía utilizar. No sólo la razón posee sus métodos; lo irracional también los tiene. La razón tiene sus propios métodos; lo irracional tiene sus propios métodos. En último término, el Yoga se ocupa más de los métodos irracionales. Solamente pueden usarse métodos racionales al principio. Tienen su razón de ser sólo para persuadirte, impulsarte; para persuadir a tu razón de que se mueva hacia el límite. Y una vez has llegado al límite, tú darás el último salto.

Gurdjieff trabajó con cierto grupo utilizando algunos métodos profundamente irracionales. Estuvo trabajando con un grupo de buscadores y utilizando un método especialmente irracional. Solía llamarlo Ejercicio de Stop. Por ejemplo, podías estar con él y de repente te decía: "Stop"' Entonces todos tenían que detenerse, tal como estuvieran. Si estaban los ojos abiertos, tenían que quedarse abiertos; si era la boca la que estaba abierta podías estar a punto de decir algo la boca tenía que permanecer tal como estaba. 

Sin el menor movimiento. Este método se inicia en el cuerpo. Si no hay ningún movimiento en el cuerpo, simultáneamente cesa toda actividad en la mente. Cuerpo y mente van íntimamente asociados; no puedes mover tu cuerpo sin que antes el movimiento interior de la mente haya cesado. El cuerpo y la mente no son entes distintos; son una misma energía. La energía es más densa en el cuerpo que en la mente; la densidad difiere, la frecuencia de la longitud de onda también difiere, pero sigue siendo la misma onda, el mismo flujo de energía para los dos.

Los buscadores estuvieron practicando este Ejercicio de Stop constantemente durante un mes. Un día Gurdjieff se hallaba en su tienda y vio a tres de los buscadores del grupo paseando por un viejo canal seco. Era un canal por el que no discurría nada de agua. De repente, desde su tienda, GurdJieff gritó, "iStop!"Todos los que estaban a la orilla del canal se quedaron quietos como estatuas. También lo hicieron los tres que estaban dentro del canal. Estaba seco, así que no había ningún peligro.

Entonces, de repente, surgió una oleada de agua. Alguien había abierto el suministro de agua y ésta se precipitaba cauce abajo por el canal. Cuando el agua hubo llegado a la altura de la nuca de los tres, uno de ellos saltó fuera del canal pensando: "Gurdjieff no sabe lo que está pasando. Está en su tienda e ignora que el agua ha entrado en el canal. Tengo que salir. Es absolutamente irracional quedarse aquí. Y saltó fuera. Los otros dos permanecieron en el canal mientras el agua seguía subiendo. Finalmente, al llegarles el agua a la altura de la nariz, el segundo hombre pensó: "¡Este es el límite!" No he venido aquí a morir. He venido aquí a conocer la vida eterna, no a perder la mía", y saltó fuera del canal.

El tercero se quedó. Se enfrentaba igualmente con el mismo problema, pero decidió permanecer porque GurdjJieff había dicho que éste era un ejercicio irracional y que si actuaba con la razón se vendría abajo todo cuanto uno se proponía hacer. Pensó: "Muy bien, acepto la muerte... porque no puedo dejar este ejercicio" y se quedó allí. Ahora el agua cubría casi por entero su cabeza. Gurdjieff salió de su tienda, se arrojó al canal y le sacó fuera. Estuvo al borde de la muerte, pero cuando revivió fue un hombre transformado. No era ya el mismo que momentos antes realizaba el ejercicio; estaba completamente transformado. Había conocido algo; ¡había dado el salto!

¿Dónde está el límite? Si continúas con la razón puedes perdértelo sin llegar a conocerlo jamás. A veces uno ha de dar un repentino paso que le hace trascender. Ese paso se convierte en la transformación; trasciendes todas las divisiones, Tanto si la división es entre consciente e inconsciente, entre razón y sinrazón, entre ciencia y religión, o entre Oriente y Occidente, se ha de trascender la división. Esto es lo que es el Yoga: trascender. Entonces, cuando de nuevo regresas a la razón, vuelves transformado. Podrás razonar si quieres, pero estarás más allá de la razón.
Autor: Osho

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