EL NIÑO MARAVILLOSO

Era una creencia esencial de la teosofía, movimiento religioso fundado en 1875 por un espiritualista norteamericano, el coronel Olcott, y una enérgica emigrada y ocultista rusa, Madame Helena Blavatsky, que en ciertas coyunturas críticas en la historia del mundo un ser sobrenatural prodigiosamente sabio y benevolente, el Señor Maitreya, se había encarnado en la tierra en forma humana. En una ocasión se había encarnado como Sri Krishna en la India; y en otra, como Jesucristo en Palestina. Los teósofos además creían que era inminente el momento en que el Señor Maitreya, el Maestro Mundial, se iba a encarnar de nuevo, y Madame Blavatsky dijo algunas veces que el principal propósito de la Sociedad Teosófica era preparar a la humanidad para el advenimiento del Maestro Mundial. Este tema fue adoptado después de su muerte en 1891 por otra teósofa, Annie Besant, quien más adelante se convertiría en la presidenta de la Sociedad y tendría lo que ella consideró el extraordinario hono...